Ver al graffiti como un fenómeno que proyecta la incapacidad de la sociedad, o como una forma de delincuencia, fueron algunos de los puntos de vista vertidos en el foro
El graffiti es un fenómeno que nace en la familia, podría ser la conclusión de lo escuchado ayer, sin embargo, las formas de enfrentarlo son tan diversas como los ocho ponentes que expusieron sus puntos de vista ayer, durante el foro sobre graffiti organizado por el Gobierno del Estado. La desmesurada proliferación de firmas con aerosol sobre las paredes tapatías ha provocado la indignación de víctimas y espectadores, tanto que se propuso realizar un foro que aglutinara opiniones de expertos en antropología, en criminología, en psiquiatría y en la propia vida de los barrios para buscar una propuesta consensuada ante esta realidad. La propuesta no apareció, aunque los panelistas consideraron el foro como un primer paso necesario para pasos subsecuentes. Desde un ‘no hay nada que pueda detener esta inercia global’, hasta un apliquemos la ‘cero tolerancia’ a los grafiteros y quienes cometan crímenes menores, fueron escuchados ayer por parte de los especialistas. El foro se pintó de colores con la placa del ‘Date’, uno de los chavos banda invitados que “plaqueó” la parte inferior del panel que contenía el nombre del foro. “Necesitamos más apoyo, somos humanos y necesitamos que nos escuchen (…) si meten más policías no lo van a poder parar, viene una revolución muy grande de graffiti“, aseguró el ‘Date’. “El graffiti es una cultura, un pretexto para convivir con los compas de la ‘clica'”, dijo, “para muchos es un arte pero muchos más nomás se dedican a rayar muy feo”. Rossana Reguillo Cruz Doctora en Ciencias Sociales e investigadora del ITESO Las marcas que dejan los graffiteros o tagers son como gritos ante una sociedad que no les brinda espacios de expresión, de acuerdo con la doctora en ciencias no existe solución posible, más que trabajar con los jóvenes y escuchar realmente lo que quieren decir. “Escuchar a nuestros jóvenes, hacer un esfuerzo por entender lo que está detrás”, dijo, “este boom del graffiti obedece a una crisis en las instituciones tradicionales con las que los jóvenes no se identifican”. Hay algo roto en la familia, la Iglesia, el Estado, los partidos políticos, los sindicatos, que no ofrecen respuestas verdaderas ante el caos”, afirmó. “Las escuelas y los maestros, en general, no hacen esfuerzos por entender al joven, lo que amplía la brecha entre ellos y las instituciones”. El endurecimiento de lo que llamó ‘violencia legítima’, que es la ejercida por el Estado, no traerá soluciones sino más resentimiento de ese sector de la población. Reguillo sugirió que se realizara un programa educativo y cultural para policías en el que se les hable de cómo enfrentar al graffiti. Jaime Orozco Ibarra Doctor en psiquiatría, miembro de diferentes asociaciones con relación a las adicciones y la salud mental. El fracaso para adaptarse a las normas, la irresponsabilidad persistente, las conductas antisociales, y un trastorno narcisista son algunas de las actitudes que identifica el doctor y por las que los jóvenes pintan bardas. Orozco Ibarra consideró que el problema es la actitud de los jóvenes por irrumpir los valores y principios de los demás, que reflejan también un sentimiento narcisista en el que el graffitero considera que solamente lo que él hace es importante y lo otro es obsoleto. “Hay una incapacidad de entender la parte opuesta”, dijo. Hay que decidir qué tipo de ciudad queremos, y buscarla, canalizar esa necesidad de comunicar, buscar el arte para que sea una ciudad armónica, buscar educar personas que sepan convivir, trabajar y recrearse para que se integren a la sociedad, concluyó. Edelberto Suazo Rodríguez Maestro de medicina en la UAG, y psiquiatra en el hospital San Juan de Dios El fenómeno tiene su origen en la familia; las carencias, la miseria y el alcoholismo, incuban un resentimiento social contra la autoridad, dijo Suazo Rodríguez. “Los graffiteros son presuntos rebeldes en ocasiones, gente marcada por las crisis paranoicas que viven el síndrome del refrito(…), que desvalorizan a la generación anterior”, comentó. Hay diversos tipos de graffiti, el artístico que plasma poemas en las bardas citadinas, el de protesta, y el graffiti light, aquel hecho por los jóvenes de clase acomodada que se disfrazan de ‘banda’. Por los problemas de comunicación en la familia, por la educación represora, los adolescentes buscan en las bandas o pandillas ser escuchados, argumentó. “El graffiti es una proyección del resentimiento familiar y social” Enrique Parada Morales Maestro y representante de la Secretaría de Educación Propuso un programa en el que se destinarían bardas en todas las escuelas secundarias del estado para que los adolescentes que gusten del graffiti pinten en ellas, se capacitaría también a promotores artísticos que orientarían a los incipientes graffiteros hacia el arte. Dijo también que se debería contar con un psicólogo y un trabajador social que entregaran al director un diagnóstico de lo que pintó un joven para comunicarle a los padres el resultado, bajo la afirmación de que este fenómeno es un reclamo social que puede ser orientado. El problema no es la pared pintada, es el joven, comentó, para lo que ve necesario formar escuelas de padres y dar mayor atención a los jóvenes. Fernando Montes de Oca Director general de Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado A pesar de que el fenómeno tiene diferentes interpretaciones, para las víctimas siempre será un daño a su propiedad, una acto de vandalismo, de desafío, antisocial, dijo el director de prevención al delito. Para encarar el problema propuso definir una serie de medidas preventivas, correctivas y operativas con el fin de concientizar y encausar orígenes. Propuso crear un consejo estatal de atención al graffiti que fomentara el deporte, la cultura y el uso sano del tiempo libre en los jóvenes. El oficial Martín Carlos Colima amplió, indicando que las pintas funcionan también como un periódico mural en el que se anuncian los pleitos entre pandilleros, las uniones de bandas o cruces o advertencias a los extraños. Luis Fabricio Huerta Vidales Diputado local Propuso que se endurecieran las sanciones tanto a los menores de edad como a los mayores, teniendo como base el incremento de la multa a aplicarse y la obligación de reparar el daño hecho. La ley otorga las armas para que los afectados por el graffitipuedan ejercer acciones en contra de los graffiteros, pero para esto debe de realizarse un proceso largo que en la mayoría de los casos no vale la pena porque el castigo es mínimo, sobre todo si se trata de menores, aseguró el Diputado. Actualmente si un menor es detenido grafiteando se deja a disposición del centro de manejo de menores, pero en la mayoría de los casos no se les hace nada, en Guadalajara se aprobó que cuando se consigne a un menor se llame al tutor para que presencie el apercibimiento que le dará el juez municipal. Alfredo Rodríguez García Maestro en Ciencias Forenses, becado en un programa de intercambio en San Diego, sobre criminalística y Ciencias Forenses Propuso recuperar los espacios públicos con un sistema similar al que se aplicó en Nueva York hace cinco años, que se denominó “cero tolerancia” a los delitos menores, aunque especificó que debía de realizarse una síntesis del mismo para hacer uno adecuado a esta ciudad. Denunció la presencia cada vez más fuerte del narcotráfico en las pandillas de tagers, y una criminalización de los graffiteros, quienes se convierten en víctimas y enlace de los grupos delictivos. Recomendó técnicas implosivas para los jóvenes que son detectados en alguna riña callejera, mostrándoles imágenes reales de cómo quedan los cuerpos después de que son filereados con el propósito de que cambien el rumbo. Joel Salvador Chávez Rivera Representante de Barrios Unidos A.C. “Los muchachos tienen confianza en las instituciones, la gente de la calle, no la gente del Gobierno”, comentó el originario del barrio de Oblatos, uno de los más problemáticos de la ciudad. Se necesitan instituciones sólidas para combatir el problema, dijo, no es suficiente realizar esfuerzos que cambian cada tres años. Aseguró que Barrios Unidos está en contra del graffiti, pero no adoptará una postura farisea mientras no exista una opción para los jóvenes. Consideró al fenómeno del graffiti como una moda, ya que en sus tiempos de chavo banda también había diferentes modas. “La moda era robar tenis, luego fue robar oro, luego robar carros, ahora robar bancos y carros blindados”, dijo. Propuso que se otorgaran becas artísticas para los muchachos para que tuvieran contacto con otra realidad y que entonces decidieran hacia dónde querían ir.