Extienden su huella graffiteros  

Lugar donde sucedio la nota: / /

Autor:   Periodico:   Fecha: 19 noviembre, 2000

Personas involucradas: / / / / / / / /

Topicos que se abordan en la nota: / / / / /

Aborda el fenomeno desde que dimensión de la legalidad: /

Sección:   Pagina: 4   # de Imagenes: 2

En monumentos, casas, negocios, bardas, banquetas, camiones: por toda la ciudad han dejado su huella graffiteros como Júpiter, quien asegura que esta tipo de expresión nunca terminará. “Una…
En monumentos, casas, negocios, bardas, banquetas, camiones: por toda la ciudad han dejado su huella graffiteros como Júpiter, quien asegura que esta tipo de expresión nunca terminará. “Una urbe sin graffiti no es nada y esto no se va acabar, se puede tranquilizar, se puede componer, hacer cosas buenas pero acabar va a estar muy duro, porque es un movimiento mundial”, comentó Júpiter. Desde hace cinco años Júpiter entró al mundo del graffiti motivado por sacar la energía y coraje que sentía por los problemas en su familia, principalmente económicos, por lo que se “desquitaba” rayando los muros. “Yo cuando rayaba me desquitaba, me sentía bien, aparte de la adrenalina de escaparme de mi casa en la madrugada”, expresó. Reconoce que si le hicieran una cuenta por daños causados, nunca acabaría de pagarlos. La mayoría de los jóvenes que se dedican a estas actividades comienzan con el tipo de graffiti destructivo, que consiste en rayar bardas sin distinguir si son monumentos, la casa del Gobernador o la Catedral para escribir protestas con su peculiar lenguaje, y los pandilleros o cholos usan el graffiti para marcar su territorio sin afectar a nadie. Los pandilleros que se dedican al graffiti destructivo lo hacen por gusto y entre sus integrantes no hay clases sociales: Júpiter aseguró que hay chavos banda que tienen dinero y se apoyan con vehículos para realizar sus actividades. “Lo hacen como la droga”, comentó, “porque tienen problemas o a lo mejor no tienen, pero a ellos les gusta la adrenalina, la de una buena corretiza”. Júpiter dijo que la drogadicción se relaciona con el graffiti porque ambas prácticas comienzan por el sentimiento de abandono de los adolescentes, pero se justifica argumentando que hay escuelas en donde los jóvenes fuman marihuana y que también hay empresarios drogadictos. Aunque Júpiter comenzó llevó en algún tiempo una vida de pandillero, ahora se dedica a buscar bardas viejas y cementerios de trenes para hacer sus diseños en aerosol y, ahora, con el apoyo que han recibido del Gobernador Alberto Cárdenas Jiménez y del programa Guadalajara Joven, del Ayuntamiento de Guadalajara, se dedica a limpiar el graffiti convirtiendo los rayones en murales. El Tocho y el Pato son dos graffiteros que se han dedicado a organizar a chavos banda como Júpiter, para participar en concursos de murales con pintura donada por el Gobierno y en bardas como las de la unidad deportiva Antigua Penal de Oblatos y con ello contribuir a que no desaparezca el graffiti y se haga de una forma artística. Júpiter recalcó que mientras exista una barda siempre habrá un graffitero.