El reglamento antigraffiti que aprobó el jueves el Ayuntamiento de Guadalajara es una ley desesperada que podrá inhibir a algunos, pero que otros lo tomarán como un reto mayor, señaló David de Anda, director del Tianguis Cultural, A. C. El dirigente del tianguis, que trabaja con varios grupos de grafiteros muralistas, dijo que este tipo de reglamentos no resuelven el problema de manera integral y que pareciera que quienes los proponen ignoran que sus propios hijos pueden ser quienes rayan las paredes de la ciudad. “De repente los chavos parecen extraterrestres, parece como si no fueran de este mundo, como si no tuvieran progenitores, el problema fundamental es la formación, la educación, los derechos cívicos, que si el chavo tiene que respetar a los demás también tiene que respetarse al chavo”, comentó De Anda. El director dijo comprender la preocupación de la gente y que las autoridades están en su derecho de realizar este tipo de reglamentos, sin embargo advirtió que no podrán terminar con el graffiti. “El Ayuntamiento no va a solucionar ningún problema, van a darle un antibiótico al problema y están esquivando el verdadero origen de lo que es un acto de posicionamiento del chavo ante una serie de carencias de la sociedad”, expresó el director de la organización. Criticó que al mismo tiempo que castigan a los que rayan paredes, se vaya a castigar a los que realizan pinturas murales con permiso de los propietarios. Uno de los peligros, señaló, es que la Policía comience a detener jóvenes sólo por su manera de vestir o porque traigan un bote de pintura, aunque no sean sorprendidos en flagrancia, por lo que estarán atentos a que se respeten sus derechos humanos. “Aquí el problema es lo desesperado y lo desproporcionado de la ley, que respetamos que la hagan, no estamos de acuerdo, pero vamos a estar al tanto de que se respeten sus derechos humanos”, señaló De Anda. Su organización, comentó, está trabajando en un código de honor entre los graffiteros para que respeten edificios públicos. El tianguis seguirá promoviendo el graffiti mural, dándole espacios a los adolescentes para que anden en patineta, con mochilas y vestidos a su manera sin que los repriman, agregó De Anda.