Señor Director:
El problema del graffiti en nuestra ciudad se ha mantenido como centro de atención de una gran parte de la población, a pesar de esto se ha podido constatar que la discusión ha carecido de fondo, ya que se han buscado salidas al legislar y considerar a los jóvenes que incurren en esta práctica como delincuentes, cuando en realidad no lo son.
La intención de algunos Legisladores estatales de otorgar penas carcelarias a estos jóvenes es una idea que sólo refleja la falta de comprensión de un fenómeno que tiene causas arraigadas en diversos problemas sociales: transformación de valores, falta de espacios educativos y de esparcimiento para los jóvenes, desempleo, etcétera.
Ninguna de las causas anteriores son justificantes para el daño a las cosas y la contaminación visual que se produce, más sin embargo debe buscarse atender los orígenes del problema y no sólo los síntomas.
Con el encarcelamiento de los graffiteros se les estaría introduciendo a la mejor escuela que tiene la delincuencia: los reclusorios. Por lo mismo es importante buscar medidas que permitan socializar adecuadamente a quienes no se sienten incluidos en el modelo de sociedad con el que hoy contamos, por lo mismo se debe hacer especial énfasis en que el castigo sean acciones encaminadas al desarrollo comunitario que permitan reparar el daño que han realizado además de insertarlos en la responsabilidad comunitaria.
Propuestas de este tipo ya existen, habrá que ponerles atención, entre otras a la presentada en el municipio de Guadalajara por el regidor Jorge Aristóteles que va en ese sentido.
Cuauhtémoc Romo Morales
Colonia Tabachines