Ante el reciente caso de vandalismo en monumentos históricos como el Teatro Degollado, a cargo de dos menores de edad, surgen las voces que piden sanciones ejemplares a quienes hacen pintas en espacios públicos y privados. Según expertos, el graffiti es la expresión de una problemática social de las grandes urbes y se puede entender en dos sentidos: como advertencia de los jóvenes para que los incluyan en las políticas públicas, o como vía de comunicación específica con mensajes cifrados.
– Así luce la fachada de esta barda en Avenida México y Amado Nervo, en la Colonia Ladrón de Guevara de Guadalajara.
– Al menos desde 2009 está presente una pinta en el escalón del Templo de San Diego de Alcalá, en la Calle Garibaldi.
– Las casas tampoco son ajenas a esta expresión urbana, como ocurre en General Arteaga y Mariano de Bárcena.
– Hay pintura con aerosol tanto en la señalética como en la barda de la Escuela Urbana González Ortega, que se erige sobre la intersección de las calles Contreras Medellín y Eulogio Parra.
– Desde 2015 se mantiene este graffiti sobre un negocio de artículos escolares en la Calle Morelos y Contreras Medellín, en el Centro histórico de Guadalajara.
– Las pintas son comunes sobre las piedras y cantera de la fachada del Colegio Luis Silva, en Morelos y Mariano de Bárcena.
– En noviembre no existía esta pintura en el Templo de Nuestra Señora de los Dolores, en Contreras Medellín y Gral. Arteaga.
– La Primaria Pública Manuel M. Diéguez, en González Ortega 319, le batalla para cubrir el graffiti constante en su fachada.