Además del ornato navideño, la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) tiene un “decorado” que le cambia la fachada a sus edificios, monumentos, puentes, portones y bardas: el graffiti.
Sin embargo, esta situación no es exclusiva de la temporada decembrina, sino que es un “adorno” que se puede ver todo el año.
Lo que más abundan son firmas de graffiteros en portones, bardas y negocios en el Centro de la ZMG.
En casi cada finca abandonada hay un sello de graffiti, pero quienes realizan esta práctica no se limitan a rayar casas sin dueño, sino que también pintan monumentos, negocios y hasta parroquias.
Un ejemplo es el Templo de San José, que se ubica en el Centro Histórico, cuyo atrio y edificios de alrededor están invadidos de graffiti.
“A las autoridades no les interesa tener limpio el Centro, aparte del rayadero hay mucha basura y vandalismo”, consideró Esther Castro, de 61 años, quien caminaba ayer por la calle de Prisciliano Sánchez.
Los Arcos del Milenio es uno de los monumentos donde también se puede observar graffiti, a pesar de que a principios del 2009 la Glorieta fue remodelada por el Ayuntamiento de Guadalajara.
En el Centro Histórico de la Ciudad, sólo el área donde se encuentran la Catedral Metropolitana y el Palacio de Gobierno no tienen paredes con graffiti, pero a dos cuadras de distancia, en la Calle Liceo, se observan decenas de edificios rayados, entre ellos el Museo López Portillo.
En Juan Manuel, casi todos los negocios tienen sus paredes con graffiti, incluso, en Avenida Alcalde, las casetas telefónicas también sufren de este problema.
Los muros de Avenidas como Federalismo, Niños Héroes y Enrique Díaz de León también están rayados.
En banquetas, camiones, portones, bardas inclusive techos y túneles, el graffiti se está convirtiendo en un paisaje de rutina.
“Se le hace natural a uno que después de que pintan un edificio, al otro día lo rayan los pandilleros, no respetan y nadie hace nada”, dijo Arturo Gutiérrez, vecino de la Colonia El Colli Urbano.
En 2009, según cifras preliminares del mes de noviembre, 132 personas habían sido detenidas por daño a espacios públicos.