Sólo necesitaron dos minutos para graffitear una barda cercana a Avenida Ávila Camacho. Bajo el cielo encapotado y lloviendo, graffiteros del crew 8PM rayan presurosos con pintura de aerosol, mientras un colega vigila que no pase la Policía.
Los pasantes que miran guardan silencio, algunos automovilistas tocan el claxon como reclamo, mientras ellos pintan un fondo plateado para, encima, dar forma a palabras anchas y de tipografía extraña. Un graffitero plasma “Rusle”, su firma.
“Lo hago por gusto propio. No trato de impresionar a nadie, quiero hacer mi trabajo y que lo vean. La gente que lo toma a mal no importa, no eres monedita de oro para caer bien”, dice Rusle.
A decir de conocedores, el graffiti en la Ciudad ha evolucionado al grado de que en sus murales se aprecian elementos de calidad estética; además estas rayas con las que jóvenes de escasos recursos expresan inconformidad, es adoptada por otros que andan en coche de último modelo.
Daniel Neufeld, pintor que investiga esa manera de expresión en la Ciudad, señala que las rayas se asocian mucho con pandillas, violencia y droga; sin embargo, hay otra tendencia que toma fuerza en las calles y que lleva al graffiti a niveles artísticos.
Algunos murales con los que ejemplifica Neufeld esta calidad es el del graffitero Seak, que se ubica en Avenida La Paz y Federalismo, así como el que creó el crew VRS en las calles de Madero y Robles Gil; ambos llevan las rayas de aerosol a una composición artística.
“Se ven graffitis o murales bastante bien trabajados y con temas diversos, ahora hablan de aspectos de problemática social y es mucho menos de delimitación de bandas. Se meten mucho a cuestiones de caricatura, de figurativismo, hay muy buenos”, considera el jefe del departamento de Artes Visuales de la UdeG, Francisco Javier Mercado.
A la Ciudad, el graffiti llegó en la década de los 50 a través de inmigrantes que regresaron de Estados Unidos.
De fondo, explica Neufeld, entre los graffiteros se considera no sólo la calidad de las rayas o los dibujos, también el lugar que eligieron para pintar, pues entre más arriesgado y visible esté ante la gente, mayor es su valor.
“Andan graffiteando lugares donde hay Policías las 24 horas, avenidas principales, puentes vehiculares, tiene que ver mucho dónde lo hicieron, el arriesgue tanto físico de caerse y matarse, o que te agarre la policía”, explica Rogelio Marcial, investigador del Colegio de Jalisco.
Rusle hace memoria y cuenta que ha caído en la cárcel más de 20 días y ha tenido casi una centena de choques con policías, por eso se organiza y sólo graffitea algunos días de la semana, por si lo detienen, salir a tiempo para ir a trabajar.
“Otro valor del graffiti es andar en la vanguardia, quién hace lo mejor, lo más actual”, dice Marcial.
Internet ha sido importante, ahí estos chicos conocen el trabajo que se realiza en otras latitudes, se inspiran y se organizan con otros graffiteros.
La influencia del inglés Bansky, cuyas obras han estado en el Museo de Brooklyn y se han vendido hasta en 50 mil libras, también se percibe en sténciles que se aprecian en la Ciudad.
La ley dice textual…
Reglamento de Policía y Buen Gobierno de Guadalajara. Sección Primera de las faltas a las libertades, al orden y paz públicos.
Artículo 13.
Apartado 28 “Causar daño o afectación material o visual a bienes inmuebles de propiedad particular empleando cualquier medio, que altere su presentación u ornamento. 50 a 100 (salarios mínimos) o 36 horas (de arresto)”.
Lenguaje urbano
Crew
· Así se denomina a los grupos de graffiteros. En la foto, “Rusle”, miembro de 8PM.
Bombas
· Pinta callejera, por lo regular de dos colores, con estilo de letras redonda y pegadas.
Tags
· Forma más simple del graffiti, la firma, suele estar en cualquier lugar a donde usted voltee.
Sténcil
· Técnica de pintar imágenes con plantillas recortadas. Medusa, de Dietoe (Rayón y Pedro Moreno).
Mural
· Incluyen elementos de calidad estética, pero suelen estar sin título. Daniel Neufeld y Sadek pintaron éste en La Paz y Escorza.
Fuente: Tomados del glosario de términos de la investigación de “Arte Urbano, GDL”, de Daniel Neufeld y Jeremie Haasser.