Manuel Antonio Pérez, a quien conocían como “El Bader” cuando graffiteaba, cambió esta expresión vandálica por la artística y se interesó en el diseño gráfico.
Aprendió a hacer graffiti a los 14 años por los alrededores de las colonias Independencia y Monumental, y con el tiempo se metió más al dibujo.
Ahora que Manuel espera ser aceptado en la carrera de Diseño Gráfico de la Universidad de Guadalajara, a los 23 años, recuerda las veces en que hizo graffiti vandálico, pero por temor a que lo detuviera la Policía y por consejo de su madre lo dejó y se enfocó a otro tipo de expresiones gráficas.
De sus compañeros en el graffiti, supo que los sorprendieron rayando la barda de una unidad deportiva y tuvieron que comprar pintura y aplicarla ellos mismos.
“La verdad yo fui uno de esos, pero se ve mal. Por ejemplo, si alguien llega y raya mi casa me voy a enojar. Es mejor que pidan lugares donde haya espacios para plasmar esa expresión”, señala.