Si usted constantemente renueva la pintura de su barda o la fachada de su casa para quitar graffitis, probablemente viva en una de las colonias que sufren más de este problema.
No a todos les va mal… hay a quienes les va peor. En los Ayuntamientos de la zona metropolitana tienen identificadas las colonias donde, por más que las pinten, las paredes constantemente amanecen rayadas.
En Guadalajara, la Dirección de Ecología reconoce el graffiti como un problema que afecta a toda la Ciudad: desde pasos a desnivel hasta monumentos, los bustos de personajes son agredidos según la festividad.
Sin embargo, las colonias más afectadas son las del oriente y el sur, como Santa Cecilia, Miravalle y Rancho Nuevo. Incluso, la Catedral ha sido objeto de la pinta de muros.
Los 11 pasos a desnivel son sitios favoritos de los graffiteros, siendo los más dañados el de Javier Mina, el de la Calzada y Periférico, así como el de Gobernador Curiel, aunque en éste hay espacios destinados para murales artísticos.
En Zapopan, las colonias con más problema de graffiti son San Isidro Ejidal, Arcos de Zapopan, Constitución, Paraísos del Colli, Tabachines, Jocotán, Miramar, Arenales, La Tuzanía y San Juan de Ocotán. Estas dos últimas son los casos más graves.
Para controlar el problema, más no erradicarlo, el Ayuntamiento comenzó a realizar concursos de graffitis. El próximo 22 de febrero se realizará el segundo en San Isidro Ejidal, a partir de las 16:00 horas.
“Si no puedes con el enemigo, únetele”, consideró el regidor José Salcedo, presidente la Comisión de Seguridad Pública en Zapopan.
Según el Ayuntamiento de Tlaquepaque, Miravalle y El Sauz son las dos colonias con mayor incidencia en daño a propiedad privada por pinta de bardas y fachadas.
Para controlar este problema, el Alcalde, Hernán Cortés Berumen, propone que se restrinja la venta de aerosoles en la zona metropolitana.
Mientras el Código Penal considera delito la pinta de bienes muebles o inmuebles sin consentimiento del dueño, en los ayuntamientos se califica como falta administrativa.
El diputado Gustavo González señaló que dicha ambigüedad y hasta contradicción entre las leyes y los reglamentos municipales ocasionan que a los grafiteros no se les pueda hacer prácticamente nada.
La opción, apuntó, es que los municipios retiren de sus reglamentos la figura del graffiti como falta administrativa, para que sea castigado sólo como delito cuya pena es hacer trabajo social, y si reincide, con cárcel.