“Me hubiera gustado pintar un Picasso”, comentó Miguel Angel Oliva Alcalá al momento de dar un brochazo de pintura blanca sobre una de las paredes de la Escuela Primaria Sor Juana Inés de la Cruz, de la Colonia El Zalate.
A las 23:00 horas del sábado, Oliva Alcalá, de 18 años, y su amigo Luis Manuel, de 16 años, iniciaron su “labor de aseo” en una de las paredes más graffiteadas de esa colonia.
Sin ser un supuesto castigo por haber pintado con spray de colores un mural que decía “Vive sin drogas” de la Escuela Secundaria número 40 de la Colonia Miravalle, los dos jóvenes durante varias horas remendarían su daño.
Arrastrando el bote de pintura y sin quejarse, fueron ocultando las pintas de otros graffiteros, a los que al parecer no les importó los dibujos y colores que otros niños habían plasmado al frente de su escuela.
A pesar de que los oficiales les habían anunciado sus largas horas de trabajo para resarcir el daño de imagen en las calles de la ciudad, Oliva Alcalá no se molestó, sino al contrario estuvo de acuerdo con su castigo.
“Estoy en contra del graffiti, porque en sí nosotros no estamos graffiteando sino estábamos haciendo un dibujo”, expresó Oliva Alcalá, “los que tienen ganas de dibujar pues que se pongan a dibujar en un cuaderno”.
Ambos jóvenes se encontraban la tarde del sábado junto a otros cuatro adolescentes pintando un mural de la Secundaria número 40, donde supuestamente tenían permiso de las autoridades educativas, pero al momento de la detención no traían consigo el papel que les permitía dibujar en el lugar.
Los jóvenes fueron llevados a los separos de la corporación, ya que sus amigos se habían escapado de los uniformados, donde el Juez municipal determinó que debían pintar otras paredes graffietadas para poder salir libres por su falta administrativa.
“Más que castigo es un apoyo en contra de ellos mismos, de lo que hacen sus semejantes de graffitear y los que se llegan a detener pues que quiten sus dibujos, es una manera de borrar esta ciudad que desgraciadamente está en mal estado y es lo prudente”, aseguró la noche del sábado, Manuel Rodríguez, comandante de la Policía de Guadalajara.
Una vez concluida su jornada nocturna, los dos presuntos graffiterosfueron llevados a descansar al albergue de la correccional de menores, para que horas más tarde, a las 9:00 horas de ayer, iniciaran sus labores de reparación en la misma secundaria donde fueron arrestados.
Alrededor de las 12:00 horas los acusados concluyeron los trabajos de restauración, por lo que fueron enviados de nuevo a las instalaciones de la correccional.